Día del estudiante

El día del estudiante en mi scolivola se celebra de una manera muy especial. Cada profesor elige a un alumno de su preferencia para que lo sustituya pr este día, y ese alumno tiene que ir a los salones correspondientes a dar clases. Los profesores que deseen estirar con el uniforme del colegio, pueden hacerlo. Luego, se realiza un acto conmemorativo donde los profesores se disfrazan de cantantes, modelos y etc.
Realizan parodias, bailes, actuaciones y dan premiaciones a alumnos y profesores.

A mi me tocó sustituir a la profesora de inglés y sólo tuve que dar una clase porque mi profesora no tenía tantas hoy.

Ahora estoy haciendo la maleta porque mañana a las ocho me voy al I estado de Florida, localizado en el mperio. Motivo de viaje: voy a visitar a mi intimo amigo Mickey :D

Besos a todos!

Home Alone

Salgo de la ducha y le pongo el aleatorio al iPod. Hot 'n' Cold suena a todo volumen y yo canto, intentando no sonar tan desafinada. Apenas me he puesto la ropa interior, pero me meto demasiado en el papel de Katy Perry, tiro la toalla y comienzo a bailar y saltar.

¡Libertad!

Eso es exactamente lo todas las personas necesitan en una calurosa mañana de octubre. Experimentar con la libertad. Los vecinos deben estar por llamar a mi puerta, y si lo hacen, probablemente por la euforia del momento olvidaré que estoy en paños menores y abriré la puerta así.

Luego de muchas vueltas y que la canción casi acabe decido volver a mi habitación para vestirme, pero todo me da vueltas, entonces me choco contra la pared y me siento completamente aturdida.

¡Auch!

Me llevo las manos a la cara y me encuentro con una sustancia roja que sale a borbotones de mi nariz. Joroschó, simplemente joroschó.

El teléfono suena y lo busco, mientras el piso se llena de sangre.

Hola, ¿qué haces?

Tú sabes, lo mismo de todos los días, cantar semi desnuda en mi casa y romperme la nariz con una pared...

Y tengo la foto de mi cara,

pero creo que es demasiado sangrienta

-muy a lo Quentin Tarantino- como para subirla.

¡Qué bonito estar sola en casa!

Cumpleaños y Blogiversario

¿Saben qué es gracioso?

El viernes pasado, 9 de octubre, el Loft cumplió un año de antigüedad. Y yo, vuestra humilde narradora, cumplí 17 años.
Y por qué, entonces, no tuve la decencia de aparecerme, aunque fuera para decir: ¡Hola!

Eso, queridos drugos, tiene una muy buena justificación: mis druguitos me secuestraron a una fiesta sorpresa en la piscina. ¡Hasta me hicieron una piñata de Miley Cyrus para golpearla con ganas! Fue simplemente joroschó. Estuve todo el día en la piscina, y luego en la noche me llevaron a cenar.
Y como todo cumpleaños que se precie, mi cara -y mi cuerpo, a decir verdad- quedó embarrada de crema del rico pastel que decía: Feliz cumple Xime! te amamos.
Nuevamente, agradezco a Bogo y a Monesvol por los bellos drugos que me dio. Y también por un fructífero año de vida al Loft.

Para mi cumpleaños me regalaron varios libros, y debo recomendarles uno que ya leí: Diario de una ninfómana, de Valérie Tasso. Creo que no hace falta explicar de qué va el libro, pero sí decir que algunas de las escenas allí narradas son sumamente gráficas y explícitas -si entienden a lo que me refiero-, pero no por eso deja de ser un libro excelente. Todo lo contrario, aunque pueda escandalizar a muchas personas, a mí me encantó.

Por cierto, ayer vi Diabólica Tentación (Jenifer's body), y a pesar de que las críticas no fueron muy buenas, a mí me gustó bastante. Sobre todo la dulce actuación de Megan Fox.
Ya cada vez falta menos para que mi martirio -o la scolivola- se termine (en diciembre), y dentro de dos semanas me voy de viaje para aprovechar la semana libre por los días patrios. (¡Son todos seguidos!)
Luego subiré algunas fotos de mi cumpleaños.

¡Muchísimas gracias a todos los que me siguen y leen! Este blog no sería nada sin ninguno de sus comentarios. En verdad gracias, los aprecio mucho a todos.



PD: Click aquí para leer todas las maravillosas vesches que la hermosa Amanda escribió para Miss Adore por su cumpleaños.

;-)

Banana Pancakes

Creo que la razón principal de este post es porque he estado escuchando mucho la canción Banana Pancakes de Jack Johnson.

No sé, pero los panqueques me hacen sentir como una niña otra vez. De hecho, hace unos días, Amanda publicó en su blog un post sobre cosas que nos hacían pasar un buen rato o nos brindaban una sensación agradable, quizá de nostalgia.

Entonces me di cuenta que los panqueques de banana me hacen recordar ciertos momentos agradables de mi infancia y casi adolescencia, antes de mudarme de Venezuela a Panamá.

Los veranos pasados en Valencia, con todos mis amigos. Y ahora que lo pienso, pasamos de vivir en el mismo edificio a vivir en distintas partes del mundo.

Algunos viven en Madrid, otros en distintas ciudades de Estados Unidos, yo aquí... es por eso que cada vez que nos encontramos -en cualquier parte del mundo- experimento esa sensación de regocijo y alegría, de sentir que nunca me fui y que todo sigue igual, como siempre. De recuerdos y nostalgia, de tardes infinitas de piscina y juegos; de encontrarle la forma a las nubes acostados en aquél pasto tan verde que creíamos que en ningún otro lugar del mundo crecería tan bonito. Del señor que vendía los helados y su carrito con música que nos avisaba que venía. De jugar a las escondidas por las noches y contar historias de terror, como la del silbón.

Y hoy, cinco años después, si cierro los ojos recuerdo todo. Cada una de sus caras, como si nada hubiera cambiado. Como si aún estuviéramos juntos para cada cumpleaños, cantando la misma canción, con la misma alegría de siempre.

Perdona si digo

que quiero seguir siendo lo de ayer,

un niño sin miedo que regala su cariño

y no sabe por qué.